Una casi nula planificación dirigencial en los clubes, sumada a una mala administración de los pocos recursos económicos que tienen, llevó al fútbol boliviano a una crisis en la que 13 de los 16 equipos de la División Profesional tienen deudas salariales, desde los dos a los 18 meses.
Para el abogado especializado en legislación deportiva, Manuel Pérez, todos los problemas se originan en una “falta de conocimiento y visión deportiva administrativa”.
“Los clubes tienen que basarse en los ingresos netos que tienen. Si ellos dicen ‘tenemos un millón de dólares’, ya sea por derechos de televisación, auspiciadores y demás, ese tiene que ser el parámetro para poder contratar jugadores. Pero aquí gastan sin tener plata. Quieren comer torta, cuando sólo tienen para una marraqueta”, graficó Pérez.
Para el abogado, los dirigentes deben tener una “visión deportiva que tiene que ser de la competición, con el único fin de mejorar el tema deporte. Pero aquí de lo único que se ocupan los equipos, es decir, ‘estamos gastando un millón, si clasificamos a una Copa internacional, vamos a tener este monto’. Ese no tiene que ser el parámetro de planificación. El parámetro debe ser, si tengo 100 pesos, ese es mi presupuesto para cubrir mis gastos y los resultados ya irán llegando, hoy, mañana o pasado”.
El problema para muchos clubes es que no cuentan con ingresos económicos ni para solventarse, por lo tanto, fuera de las recaudaciones, que este año fueron magra spor los constantes parates por la selección y los montos altos por la televisación, los equipos deben encontrar la forma de generar recursos constantes, todos los meses.
En ese entendido, Norberto Kekes, exjugador profesional y actual director técnico, quien en su época de futbolista sufrió en carne propia esta falta de solvencia de los equipos y la indefensión, llegando incluso a estar varios meses sin recibir sueldo y sin poder fichar para otro club, pone sobre la mesa una idea que la aplican la mayoría de los grandes planteles en el mundo, y es que las instituciones deben contar con socios aportantes, no abonados.
Esto quiere decir que estos aficionados hacen un aporte mensual, de un monto determinado, que no les da el acceso irrestricto a los partidos, sino descuentos en las entradas y en productos de empresas auspiciantes del club.
“Esta no es una idea mía, no es un invento mío, es lo que manejan en todo el mundo, donde los clubes viven del aporte de los socios”, dijo Kekes. Señaló que es una idea que podría salvar a Wilstermann de su crisis económica, que la ahoga a punto de que vuelve a estar en riesgo de desaparecer.
Kekes, si bien destacó la campaña del Día del Rojo, en la que se venden los carnets de abonados de la próxima gestión, en la que el aporte del hincha en realidad es una compra anticipada de las entradas, dijo que “no todos estamos en condiciones de aportar en el Día del Rojo o en una campaña como la del Copiloto Aviador, pero sí podemos poner 100 bolivianos mensuales para ser socio del club. Pero cuando vaya el estadio mi entrada que cuesta 100 va a valer 80 y así el club me va a devolver parte de ese aporte. Además, el socio tendrá una serie de descuentos en otras empresas”, explicó Kekes.
El exjugador y exentrenador de Wilstermann indicó que, por ejemplo, la planilla actual del Aviador es de 130 mil dólares, es decir, un millón de bolivianos al cambio actual.
En ese contexto, Kekes cree que si Wilstermann lograría tener 10.000 socios aportantes, que paguen 100 bolivianos al mes, se puede pagar una planilla. Aunque es consciente de que esa cantidad de socios no se la podrá lograr de un día al otro. Contar con unos 4 o 5 mil sería un buen inicio.
“El eslogan de Wilstermann es ‘Al Wilster lo salva su gente’, vamos a tener que cambiarlo a ‘Al Wilstermann lo salvan sus socios’”, manifestó Kekes.
El fútbol se inflacionó porque ofrecen sueldos muy altos
Para el abogado Manuel Pérez, otra de las razones por la que los clubes viven esta crisis es porque algunos equipos que tienen solvencia económica externa, como el caso de Bolívar, inflacionaron el fútbol nacional, ofreciendo sueldos muy altos a los jugadores.
“Clubes como Bolívar, Always Ready y The Strongest, que tienen solvencia económica y no se ven sus deficiencias financieras porque tienen plata, por eso son los causantes de las desgracias de muchos otros equipos”, dijo.
Un claro ejemplo, sobre este tema es Wilstermann, que en la gestión de Gróver Vargas, con la idea de retener a algunos jugadores que fueron claves para la conquista de sus últimos títulos, se llegó a ofrecer sueldos de entre 15 a 20 mil dólares para evitar la fuga de futbolistas que fueron tentados para formar parte de las filas de Bolívar o el Millonario, llegando a convertir su planilla en insostenible.
Los premios deberían ser invertidos en infraestructura
Cuando un club es solventado por sus socios aportantes, eso permite, según Norberto Kekes, que este pueda invertir los recursos, por ejrmplo, del premio de una copa internacional en infraestructura.
“Cuando vos clasifiques a una Copa Sudamericana o a una Copa Libertadores, lo que recibas de Conmebol el club lo va a invertir en comprar su propio terreno, construir su estadio, sus canchas para tener chicos en sus escuelas. Pero no puedes esperar que el municipio, la Gobernación o el Estado te den un predio, tienes que comprar”, dijo Kekes.
Sin embargo, en Wilstermann, por ejemplo, que entre 2017 y 2020 tuvo cuatro participaciones continuas en Copa Libertadores, tres de ellas a la fase de grupos, recibió como mínimo 9 millones de dólares en premios, mas siempre terminó con los números rojos, debido a que esos recursos fueron gastados en premios y sueldos.