No es usual encontrar oferta de libros en la ciudad pasadas las 18:00 y menos hasta las 24:00. Sin embargo, existen.
La falsa promesa del alcalde Reyes Villa de construir un subterráneo debajo del pasaje del Correo para acomodar a los desalojados libreros de esa calle, resignaron a algunos de estos a trasladar sus negocios al frente. Ahora la acera norte de la avenida Heroínas (entre Nataniel Aguirre y Ayacucho) es una gran feria de libros que funciona todos los días.
Y no sólo hay libros en la acera, esta cuadra de la Heroínas también acoge a tiendas que ofertan ejemplares nuevos, usados, piratas y originales, de calidades y temáticas universales.
Entre estas librerías hay las que resaltan porque mantienen sus puertas abiertas durante el día y la noche. Fácilmente un bibliófilo noctámbulo puede encontrar exquisiteces textuales vinculadas a la literatura, cine, historia, filosofía, música, ensayo, política, ciencia, medicina, matemáticas y otras temáticas incluso a la medianoche.
Ese tramo de la Heroínas sufre una gran metamorfosis con la caída de la tarde. Convirtiéndose de albergue de tiendas de venta de chocolates, regalos, celulares y cajeros de bancos, en una gran plaza de comidas y, también, en un mercado donde le dicen al transeúnte “que librito va a llevar”, “pregunte nomás”, “tenemos textos escolares, autoayuda, novelas”, “pase y escójase el libro que quiera”.
Entre la bruma del anochecer, cuando se entremezclan los olores que desprenden los motores de autos, el hedor a tripitas, a aceite frito re-utilizado, a lomitos, hamburguesas y piques recalentados, es grato ingresar a una librería y sentir el indefinible aroma a cartón impreso, a moho de papel, a fina tierra acumulada en los lomos de los libros.
En una ciudad donde los cafés con algo de buena música cierran a las 21:00 y las librerías, bibliotecas, museos y galerías de arte no atienden más allá de las 18:00, encontrarse con una tienda de libros a las 24:00 es, sin duda, una experiencia gratificante. Lectores y bibliófilos insomnes vayan y compruébenlo.