Juliana Martínez habla de la higiene menstrual y dice: “hemos ganado una batalla al hacer que en los spots publicitarios, para que se demuestre la absorción de las toallas higiénicas, ya no se use tinta azul, sino que se use tinta roja”. Añade, “señores, dense cuenta que las mujeres tenemos sangre roja, no sangre azul”. Ese cambio de tinta, ha sido, según ella, una gran victoria. Y agrega “¿por qué no trabajar también en la revolución de las canas?”.
Cabe destacar que Juliana Martínez es una oradora exitosa, y participó en el evento corporativo EXMA Bolivia, que se llevó a cabo el 20 y 21 de julio en Santa Cruz. Ella tiene un rol fascinante como la mujer más influyente en el mundo de los gamers en Latinoamérica, es decir los jugadores en línea, o videojugadores, promoviendo plataformas como Twitch. Ella rompe varios esquemas, como aquel referido al imaginario de que “el gamer” es hombre, y hace notar al mundo de la publicidad que el 47% de los gamers son mujeres.
Ella es gamer, lleva canas, que supuestamente revelan su edad, y busca romper los paradigmas negativos y opiniones que tenemos en contra de “esos” jóvenes gamers o de las personas canosas.
¡Qué maravilla reivindicar las canas y hacerlas obvias en una mujer! Porque de pronto, en un hombre, el hecho de tener canas no es sólo un detalle, sino que “es más guapo o más maduro”, mientras que en una mujer es signo de vejez y hay que taparlas, y ocultar todo signo del paso de la edad.
De hecho, el título de este artículo, al enunciar la revolución de las canas, no pregunta por qué te las tiñes sino ¿por quién lo has estado haciendo?
De alguna manera, el arquetipo de Jung que define el joven por siempre o el puer aeternus, coloca a la mujer en la sociedad en el rol de quien no puede envejecer jamás, tiene que estar siempre pulcra, maquillada, y en una edad promedio sobre la cual no se le puede poner ni un año más. Y te preguntas ¿por qué está mal envejecer? cuando, al contrario, es un privilegio y las canas lo demuestran.
Pareciera que “cana”, en una mujer, fuera una mala palabra mientras que en el hombre existe incluso la frase de “tirarse una canita al aire” como sinónimo de tener una aventura, de que a pesar de mi edad igual puedo seguir teniendo una affaire; algo condenable en una mujer.
Cuando se habla de revolución de las canas hay que pensar que la cana es simplemente la falta de melatonina en el cabello y que una niña de 12 años, una mujer de 43 o un joven de 24 pueden tenerlas y eso no significa que están seniles, que hay que hablarle gritando, o que hay que llevarles al asilo.
Así que lleva con orgullo esas canas, que te hacen fuerte y auténtica.