“Mi sueño, como el de muchos, es que no existan perros en la calle abandonados y que todos puedan tener un lugar seguro y amoroso”, expresa Andrey Prieto Pardo, quien a sus 16 años presentó su primer libro, titulado La mezcla perfecta. Motivado por ese anhelo que nació del amor hacia su cachorro llamado Chock, Andrey incursiona en el mundo de la literatura boliviana.
Esta obra, narrada en español, inglés, francés, quechua, guaraní y aymara, no sólo busca concienciar sobre la adopción y el cuidado de los animales, sino que además tiene un propósito solidario: parte de las ganancias obtenidas con su venta son destinadas al refugio de Cochabamba, Los Ángeles de Janeth, que cuida y alimenta a cientos de canes, principalmente en la zona sur de la ciudad.
El texto, que comenzó como una tarea escolar para la materia de Lenguaje, es considerado el primero en manejar esta diversidad lingüística. A través de una conmovedora narración, Andrey relata su amistad inquebrantable con su querido perro Chock, un vínculo que nació durante el confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19, cuando cumplió 12 años. “Llegó a mi vida para cambiarla por completo”, expresa.
Andrey cuenta que escribir surgió como algo natural, sin tener rituales o hábitos específicos para inspirarse; sólo se enfocó en contar su historia. El reto comenzó al traducirlo a diferentes idiomas, con el apoyo de profesionales lingüistas, y mantener la esencia para que su mensaje llegue a más personas, recuerda.
La magíster Paola Valdés, coordinadora del Laboratorio de Lenguas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), destaca que este libro “es una contribución valiosa para la literatura, no sólo de jóvenes, sino también de todos porque nos inculca y nos invita a resaltar el valor el respeto y la hacia la tenencia responsable de nuestros animales”. Además, Andrey también invita a tomar conciencia sobre la importancia que tiene la adopción en nuestro medio, señala.
La mezcla perfecta es más que un libro, es también la vida de este joven escritor que nació en Estados Unidos. Su madre es boliviana y su padre mexicano, por lo que, de alguna forma él y Chock son similares. ¿Lo inspiró algún libro? Andrey comenta que se inspiró en el libro Mi planta de naranja lima.
“Pido a la población que sepa valorar a las mascotas, que son uno más de la familia. Y a los jóvenes interesados en escribir que se atrevan a escribir, que descubran si es lo que realmente les gusta y sigan con sus sueños”, añade el joven que además es amante del deporte y le gusta tocar la guitarra.
Andrey siente especial agradecimiento a sus traductores, profesores, amigos y sobre todo a su familia, que lo acompañaron en esta travesía literaria. “Gracias por haberme ayudado a iniciar en este camino de la escritura y veremos cómo se desarrolla más adelante”, concluye.