A pocos días de las elecciones judiciales, la inmensa mayoría de la población boliviana desconoce a los candidatos, no tiene las más mínimas condiciones de elegir informadamente y tampoco entiende porqué en la mayor parte de los departamentos del país debe participar en unas elecciones mutiladas, en las que en algunas partes podrán votar por todas las opciones y en otras, particularmente el oriente boliviano, los ciudadanos no podremos elegir a nuestros representantes al Tribunal Constitucional, y en Beni y Pando tampoco lo podrán hacer para el Tribunal Supremo de Justicia.
El problema de fondo es que desde su concepción este es un sistema orientado al fracaso. El argumento utilizado fue el de procurar por esta vía luchar contra la corrupción y la manipulación política de la justicia. Nada más alejado de la realidad. Mediante la selección de los candidatos en la Asamblea Legislativa, lo que se ha conseguido es garantizar para quien ostenta el gobierno y controla una mayoría legislativa, el poder de restringir las opciones para la papeleta de votación a quienes son afines al oficialismo de turno o comprometen su “lealtad” al partido de gobierno. Esto provocó que, en anteriores elecciones, la oposición llame al voto nulo, con lo que los magistrados electos recibieron porcentajes ínfimos de la votación teniendo desde el principio legalidad sin legitimidad.
Si antes se reclamaba que mediante el sistema de elección de los magistrados por dos tercios del Congreso Nacional se había politizado el sistema o que cuando hubo que renovar a los primeros tribunales, los partidos de entonces no lograron los dos tercios por los cálculos e intereses particulares, la reforma introducida en la actual Constitución (vigente desde el 2009), no sólo que no ha disminuido la corrupción ni contribuido a construir una institucionalidad que garantice la independencia y probidad de los tribunales de justicia, sino que ha exacerbado el descrédito y la desinstitucionalización de la justicia boliviana a extremos que han superado negativamente los antecedentes conocidos en la historia boliviana.
De esta forma nada más alejado de la meritocracia que se necesita para atender la imperiosa necesidad ciudadana de contar con sistema de justicia en el cual jueces y fiscales garanticen la libertad, la vida, la democracia y el conjunto de derechos fundamentales de los ciudadanos establecidos en la Constitución boliviana y en los tratados internacionales de derechos humanos. Desde el sistema de selección de los candidatos a las elecciones judiciales, hasta otras leyes y normas aprobadas posteriormente por las que se puede separar de sus cargos a jueces y fiscales de forma sumaria, el sistema ha sido distorsionado a propósito para que los administradores de justicia se sometan a los intereses políticos del partido de gobierno.
Consecuentemente, los profesionales más capaces y reconocidos por su capacidad, formación profesional e integridad moral son ahuyentados de participar en el sistema de selección y elección judicial, y se repite el circulo vicioso de unas elecciones que dan origen a la conformación de los más altos tribunales de justicia del país sin el apoyo, credibilidad y reconocimiento ciudadano. En suma, con legalidad y sin legitimidad desde el principio.
En esta oportunidad será aun peor, las llamadas “elecciones parciales” vulneran gravemente el principio de igualdad ante la ley de los ciudadanos, ya que en algunas partes del país se votará por todos los tribunales y, en otros, por los menos relevantes. De esta forma, estas elecciones no cumplirán ningún estándar democrático internacional y desde el principio afectarán gravemente y desde el principio, la legitimidad de los próximos tribunales.
Las soluciones ya se han discutido y planteado por muchos expertos constitucionalistas, desde una ley que en el marco de la actual Constitución involucre a las universidades, colegios profesionales y representantes de la selección de los candidatos, limitando la discrecionalidad de la Asamblea Legislativa Plurinacionales para elegirlos, hasta la reforma constitucional para introducir un nuevo sistema que garantice la meritocracia e independencia profesional y personal en la conformación de los tribunales de justicia. Ésta debe ser una de las grandes prioridades que se debe afrontar en la reconstrucción nacional que se debe encarar a partir del Bicentenario.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.
En diciembre de 2014, el entonces Ministro Luis Arce, publicó un manifiesto denominado “Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP)” en el que resumió las bases del programa económico que impuso el gobierno en 2006 y que continúa hasta hoy.
En diciembre de 2014, el entonces Ministro Luis Arce, publicó un manifiesto denominado “Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP)” en el que resumió las bases del programa económico que impuso el gobierno en 2006 y que continúa hasta hoy.
La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 con un grafiti que decía: “Te llegó el turno, doctor”. Terminó con la intervención de tropas rusas (al principio los hombres de Wagner) y la feroz participación de las milicias de Hezbollah, dejando al país dividido.
La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 con un grafiti que decía: “Te llegó el turno, doctor”. Terminó con la intervención de tropas rusas (al principio los hombres de Wagner) y la feroz participación de las milicias de Hezbollah, dejando al país dividido.
A pocos días de las elecciones judiciales, la inmensa mayoría de la población boliviana desconoce a los candidatos, no tiene las más mínimas condiciones de elegir informadamente y tampoco entiende porqué en la mayor parte de los departamentos del país debe participar en unas elecciones mutiladas, en las que en algunas partes podrán votar por todas las opciones y en otras, particularmente el oriente boliviano, los ciudadanos no podremos elegir a nuestros representantes al Tribunal Constitucional, y en Be
A pocos días de las elecciones judiciales, la inmensa mayoría de la población boliviana desconoce a los candidatos, no tiene las más mínimas condiciones de elegir informadamente y tampoco entiende porqué en la mayor parte de los departamentos del país debe participar en unas elecciones mutiladas, en las que en algunas partes podrán votar por todas las opciones y en otras, particularmente el oriente boliviano, los ciudadanos no podremos elegir a nuestros representantes al Tribunal Constitucional, y en Be
En materia de las relaciones con el gobierno del depuesto líder sirio, Bachar al Asad, la diplomacia del MAS estuvo alineada siempre con la posición promovida por el gobierno de Rusia y secundada, obviamente, por regímenes como los de Nicaragua, Cuba, Venezuela e Irán.
En materia de las relaciones con el gobierno del depuesto líder sirio, Bachar al Asad, la diplomacia del MAS estuvo alineada siempre con la posición promovida por el gobierno de Rusia y secundada, obviamente, por regímenes como los de Nicaragua, Cuba, Venezuela e Irán.
ENRIQUE VELAZCO RECKLING
La idea respecto a qué determina el crecimiento, orienta las políticas económicas lo que, a su vez, define los efectos sociales, políticos y ambientales del crecimiento. Para el capitalismo industrial, que consideraba que la producción definía el crecimiento, el nivel de empleo era un indicador fundamental, tanto por su vínculo y aporte directo a los procesos productivos, como por la capacidad de consumo que los salarios otorgan a los hogares (“la causa del desempleo es la falta de demanda”).
La idea respecto a qué determina el crecimiento, orienta las políticas económicas lo que, a su vez, define los efectos sociales, políticos y ambientales del crecimiento. Para el capitalismo industrial, que consideraba que la producción definía el crecimiento, el nivel de empleo era un indicador fundamental, tanto por su vínculo y aporte directo a los procesos productivos, como por la capacidad de consumo que los salarios otorgan a los hogares (“la causa del desempleo es la falta de demanda”).
En un contexto económico marcado por la escasez de dólares y su impacto en distintos sectores productivos, la frase “las exportaciones son el sueldo de Bolivia”, pronunciada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), cobra una relevancia crucial. A pesar de la importancia de las divisas para sectores como la industria, la minería y los productores agropecuarios, el ingreso de dólares provenientes de exportaciones al sistema financiero boliviano es mínimo.
En un contexto económico marcado por la escasez de dólares y su impacto en distintos sectores productivos, la frase “las exportaciones son el sueldo de Bolivia”, pronunciada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), cobra una relevancia crucial. A pesar de la importancia de las divisas para sectores como la industria, la minería y los productores agropecuarios, el ingreso de dólares provenientes de exportaciones al sistema financiero boliviano es mínimo.
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
Varios analistas mencionan que, salir de la crisis actual, necesitará “otro 21060”. El doctor Juan Antonio Morales, actor directo en el equipo que diseñó e implementó el ya famoso Decreto Supremo 21060, ha compartido lo que fue el proceso de análisis y de reflexión que culminó en la redacción de esa norma.
Varios analistas mencionan que, salir de la crisis actual, necesitará “otro 21060”. El doctor Juan Antonio Morales, actor directo en el equipo que diseñó e implementó el ya famoso Decreto Supremo 21060, ha compartido lo que fue el proceso de análisis y de reflexión que culminó en la redacción de esa norma.
En Bolivia, quizás por fuerza de las circunstancias, existen algunas palabras que son mágicas: basta decir Evo Morales o, incluso ,Luis Arce e inmediatamente se despierta el interés. Muchos vuelcan su atención sobre lo que hacen o no hacen los nombrados, actualizándolos consciente o inconscientemente en su imaginario. Hay otras formas de denunciar lo inaceptable.
En Bolivia, quizás por fuerza de las circunstancias, existen algunas palabras que son mágicas: basta decir Evo Morales o, incluso ,Luis Arce e inmediatamente se despierta el interés. Muchos vuelcan su atención sobre lo que hacen o no hacen los nombrados, actualizándolos consciente o inconscientemente en su imaginario. Hay otras formas de denunciar lo inaceptable.