La reciente visita oficial del ministro de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia a Teherán —la capital de la República Islámica de Irán— y los términos del memorando de entendimiento de defensa y seguridad, firmado por esa autoridad y su homólogo iraní, suscitan inevitables interrogantes.
Esas preguntas se refieren a la limitada difusión de ambos asuntos y a cierta declaración del ministro de Defensa iraní acerca de los “entendimientos” a los que llegaron con su par boliviano.
En efecto, aparte de las noticias de Los Tiempos, la única referencia en Bolivia del viaje de esa autoridad nacional a Teherán es un tuit difundido por el Ministerio de Defensa boliviano informando que el “ministro Edmundo Novillo (está) de visita oficial en la República Islámica de Irán para tratar temas de cooperación relativos a lucha contra el contrabando, narcotráfico, capacitación académica en nanotecnología, así como el apoyo en el ámbito del Desarrollo Integral del país”.
Ninguno de los medios convencionales de comunicación estatales ni aquellos afines al oficialismo mencionan esa visita oficial. ¿Por qué?
Una hipótesis para explicar esa discreción mediática oficialista podría ser el afán de evitar divulgar asuntos que tienen que ver con la seguridad del Estado.
Inútil afán, puesto que IRNA, la Agencia de Noticias de la República Islámica, sí divulgó noticias del encuentro entre ambos ministros de Defensa.
Es más, el sitio británico de información BBC-Mundo publicó ayer en la tarde un artículo titulado Lo que se sabe del acuerdo de seguridad entre Bolivia e Irán, donde informa que “Los gobiernos de ambos países firmaron este jueves un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa, informó la agencia estatal persa IRNA”.
Bajo el intertítulo "Sin claridad”, el texto de la nota de la BBC señala que “El nuevo acuerdo de seguridad no ha sido detallado y las partes apenas han informado que el mismo está dirigido a ayudar a Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y a reforzar la vigilancia de sus fronteras. Sin embargo, el ministro iraní admitió que el pacto incluye la venta de material y el entrenamiento de personal”.
Ese material bélico incluiría aviones no tripulados (drones), según publicó el jueves el Instituto de Estudios para la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés).
Y el mismo día, el portal de noticias argentino Infobae titulaba: Irán y Bolivia profundizan su alianza: firmaron un memorando de entendimiento en materia de defensa.
El sitio web del diario bonaerense La Nación hacía referencia a la preocupación que suscita en Argentina el “memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación (de La Paz y Teherán) en el campo de seguridad”.
Quizás esa preocupación está motivada por una declaración del titular de Defensa persa: "Sostenemos que mejorar las relaciones bilaterales de defensa conducirá a aumentar el poder de disuasión del Gobierno boliviano", dijo esa autoridad.
¿Disuadir a qué país y de qué?
El término “poder, o fuerza, de disuasión” —normalmente empleado cuando se trata de armas nucleares— apareció en la prensa internacional, por última vez hasta ahora, el año pasado, en febrero, cuatro días después del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania.
“Ordeno al ministro de Defensa y al jefe de Estado Mayor que pongan a las fuerzas de disuasión del Ejército ruso en alerta especial de combate”, decía entonces Vladímir Putin en una entrevista televisiva con sus líderes militares.
Bolivia está muy lejos de una circunstancia siquiera similar. También está muy lejos de Irán, pero, como lo menciona la BBC, “Pese a que geográficamente están separados por miles de kilómetros, Bolivia e Irán dieron un paso más en su acercamiento”.
Las razones de ello y sus posibles y beneficios los conoceremos, quizás, al menos en parte, cuando el ministro de Defensa boliviano decida contarlos.