La muerte de peces , aún inexplicable, y el bajo nivel de las aguas en la represa de La Angostura evidencian que el delicado equilibrio de ese ecosistema ha llegado a un punto crítico que exige medidas urgentes para tratar revertirlo, o al menos detener su progresivo deterioro.
Menos caudal de agua para su recarga, contaminación con desechos sólidos y líquidos, avasallamientos en los terrenos de su entorno y una presencia descontrolada de lanchas y motos acuáticas han quebrado el espontáneo equilibrio biológico del lugar y perjudicado su utilidad primera: el riego de plantaciones.
Ese embalse, inaugurado hace 78 años, en 1945, fue la primera y la más grande represa construida en el país.
Su propósito original era proveer agua para el riego de los cultivos en los valles alto, bajo y central de Cochabamba, ese fin se cumple cada vez menos. Desde hace unos 20 años, es un atractivo turístico y gastronómico cada vez más concurrido y con más restaurantes.
Ahora el agua de La Angostura, la esencia del sitio, no alcanza para dotar de líquido suficiente a los regantes. Eso, en parte por la escasez de lluvias y también porque los arroyos que desembocan en el embalse están secos.
En la última década se construyeron siete represas en el valle alto, lo que disminuye de manera significativa el agua que llega La Angostura y perjudica a cientos de familias de agricultores.
El perjuicio de esta crisis alcanzará a quienes se benefician con el turismo, lancheros y propietarios de restaurantes —existen más de 40—.
La escasez de agua no es la única causa de la crisis que afecta al sitio, pues la contaminación es una amenaza para los peces y para el atractivo de la laguna y sus alrededores.
Un estudio de sus aguas, realizado el mes pasado halló restos de aceite de las lanchas. Hace tres años, se constató que las viviendas y restaurantes del entorno no tenían impermeabilizados sus pozos sépticos y algunos vertían sus aguas grises directamente en el embalse.
Se ignora el grado de contaminación actual de las aguas de la laguna, los resultados de los últimos estudios estarán listos en 10 días. Mientras, la gobernación decidió, entre otras medidas, prohibir la pesca, monitorear de manera continua la calidad del líquido embalsado.
Pero la crisis que atraviesa La Angostura se agravará mientras las construcciones en sus riberas y la actividad turística —en todos sus aspectos— no estén reguladas controladas de manera rigurosa y con el respaldo legal de normativas departamentales y municipales.
La amenaza que pesa sobre este sitio crecerá mientras Cochabamba carezca de una políticas seria y coherente para la gestión de sus recursos hídricos.
La reciente declaratoria de desastre nacional por los incendios forestales en Bolivia, realizada por el presidente Luis Arce, se presenta como una medida esperada y necesaria por la facilitación de trámites para canalizar la ayuda internacional. Sin embargo, lo que pudo ser un paso firme hacia la solución de una crisis ambiental ha sido empañado por tensiones políticas y acusaciones cruzadas que han polarizado el debate, tanto desde el oficialismo como desde la oposición.
En este contexto de incendios forestales y conflictos políticos, una nota pasó injustamente desaparecida: en el municipio de Cochabamba se reportan entre dos y tres casos diarios de embarazo adolescente, aunque muchos no son denunciados. Estos datos corresponden a la Dirección de Género Generacional de la Alcaldía, que ofreció este panorama en el marco de un festival educativo realizado este fin de semana junto con otras instituciones que abordan a la problemática.
El avance mundial de las criptomonedas ha sido vertiginoso, transformando no sólo la manera en que se realizan transacciones, sino también las oportunidades que ofrecen para las economías emergentes. En Bolivia, donde la economía tradicional ha enfrentado desafíos recurrentes, la apertura hacia el uso de criptoactivos es una oportunidad única que, si bien nueva y desconocida para muchos, no debe ser evadida.
El próximo año marcará una fecha significativa en la historia de las relaciones internacionales, cuando Bolivia y China celebren 40 años de relaciones diplomáticas. Esta efeméride llega en un momento oportuno, ya que también se conmemoran los 75 años de la fundación de la República Popular China, una potencia mundial que ha transformado el orden global desde su creación en 1949.
Bolivia vive una catástrofe ambiental sin precedentes. A pocos días de finalizar el año, los incendios forestales han consumido más de 4 millones de hectáreas en la CHiquitanía, superando las cifras devastadoras de 2019, cuando el fuego arrasó 3,9 millones de hectáreas. A este dramático escenario se suma una pérdida irreparable: más de 10 millones de animales muertos (generaciones sacrificadas) y la destrucción de ecosistemas que tardarán, según los expertos, más de cinco siglos en recuperarse.
Los recientes bloqueos y marchas protagonizados por seguidores de Evo Morales han dejado una estela de caos y destrucción que afecta no sólo a la infraestructura de La Paz, sino también al país. Los daños económicos, sociales y ambientales se acumularon con cada día de bloqueo, y las consecuencias se extienden a lo largo de toda la cadena productiva y de consumo.
El 24 de septiembre de 1810 marca un hito clave en la historia de Santa Cruz y de Bolivia. Aquel día, un grupo de patriotas cruceños dio el primer grito libertario que resonaría a lo largo del tiempo. Hoy, 214 años después, Santa Cruz es el motor fundamental en el desarrollo del país, con un espíritu emprendedor que ha consolidado su lugar como una de las regiones más pujantes y dinámicas de Bolivia.
Bolivia atraviesa una nueva etapa de tensión política, donde la violencia ha superado los intentos de diálogo en el conflicto que enfrenta a dos facciones del MAS. Mientras el presidente Arce ha invitado al diálogo al menos en dos ocasiones a Morales, los seguidores del exmandatario han respondido que se trata de una trampa, han proseguido con sus medidas de presión y han optado por la confrontación, como lo evidencian los violentos enfrentamientos en Ventilla.
En un país tan diverso y complejo como Bolivia, las paradojas son una constante.
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