La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) ha exigido a los panificadores que incumplen con la elaboración del “pan de batalla” la devolución de la harina entregada bajo subsidio. Franklin Flores, gerente general de Emapa, indicó que esta medida responde a que algunos beneficiarios, en lugar de emplear el insumo para el pan regulado, lo han destinado a otros productos o, incluso, mantienen sus hornos cerrados.
Flores explicó que Emapa identificó casos en los que panificadores, especialmente en El Alto y algunas panaderías de Cochabamba, están utilizando la harina para elaborar productos distintos al pan de batalla, como galletas y llauchas. Estos productos no cumplen con las condiciones del convenio firmado con el Gobierno, que prohíbe emplear la harina subsidiada en preparaciones diferentes al pan de 60 gramos, que debe venderse a un precio controlado de 0,50 bolivianos.
En respuesta a esta situación, Emapa ha suspendido la entrega de harina a los panificadores que incumplen con el acuerdo y exige la devolución de los insumos no utilizados. Flores advirtió que, de persistir las irregularidades, la entidad tomará acciones legales contra los infractores.
Hasta la fecha, Emapa ha distribuido 1.736.521 bolsas de 50 kilos de harina en regiones como La Paz, El Alto, Cochabamba y Beni, y proyecta alcanzar una entrega total de 2.400.000 bolsas en 2024. La entidad suministra la harina a un precio reducido de 136 bolivianos en las principales ciudades y de 123 en otras regiones, con el objetivo de mantener el precio del pan de batalla accesible para la población.
Después de 20 meses de iniciado, el proceso para la realización de las elecciones judiciales parece encaminarse a su fin en una modalidad ajena a lo prescrito en la Constitución Política del Estado (CPE).
Esa distorsión, la larga lista de peripecias que ha vencido este trámite y, sobre todo, la deteriorada confianza que inspira en los bolivianos la administración de justicia nacional, plantean la necesidad de un serio cuestionamiento al sistema judicial vigente en el país.
HUMBERTO VACAFLOR GANAM
Silvio Berlusconi dijo alguna vez que lo único que le gustaba de Donald Trump era su mujer, una rusa muy bella de nombre Melania.
El millonario, ahora presidente de EEUU por segunda vez, querría tener otros méritos para ser admirado, además de su bella esposa, y está en ese afán.
Algo que muy pocos mencionan de él es que jamás tomó alcohol debido a que un hermano suyo murió intoxicado.
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Al indignado “Bolivia dijo no” erupcionando desde los corazones para hacerse grito estentóreo exiliando de las calles al tirano que había pisoteado la voz del pueblo sentenciando el 21f, le siguió la certeza de que se le derrotaría en las urnas. Cuando el fraude se hizo evidente abrió paso al clamor de la protesta reclamando “mi voto se respeta, carajo”, combinado con la saya de la resistencia: “¿Quién se rinde? ¡nadie se rinde! ¿quién se cansa? ¡nadie se cansa! ¿Evo de nuevo? ¡huevo, carajo!”
Al indignado “Bolivia dijo no” erupcionando desde los corazones para hacerse grito estentóreo exiliando de las calles al tirano que había pisoteado la voz del pueblo sentenciando el 21f, le siguió la certeza de que se le derrotaría en las urnas. Cuando el fraude se hizo evidente abrió paso al clamor de la protesta reclamando “mi voto se respeta, carajo”, combinado con la saya de la resistencia: “¿Quién se rinde? ¡nadie se rinde! ¿quién se cansa? ¡nadie se cansa! ¿Evo de nuevo? ¡huevo, carajo!”
Babilonia, año 522 aC: el rey persa Darío enfrenta una sublevación liderada por un presunto heredero de Nabónido, el último monarca de Babilonia. No se sabe si hubo bloqueos, autoatentados o huelgas de hambre “hasta las últimas consecuencias”, pero sí hubo una batalla en que el poderoso ejército persa venció a los rebeldes y capturó a su jefe, a quien le esperaba un castigo digno de un dignatario.
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GABRIELA KESEBERG DÁVALOS
La libertad de prensa, pilar fundamental de cualquier democracia, en Bolivia está desangrándose en la sala de emergencia. Los constantes ataques, restricciones y amenazas a los periodistas y medios de comunicación independientes se han vuelto tan “normales” que ya a nadie parece importarle. Y es por eso mismo que hay que insistir en el tema. Sólo durante estos días de bloqueo han sido 25 agresiones, incluyendo intentos de asesinato.
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