El pasado miércoles, la Cámara de Senadores sancionó la Ley de Protocolo de Adhesión de Bolivia al Mercosur; el jueves, el presidente del Estado, Luis Arce, la promulgó para entregarla a la cumbre de jefes de Estado del bloque, que por estos días, se realiza en Paraguay, y se espera que este lunes, si todos los trámites resultan como se esperan, Bolivia dejará de ser un miembro asociado (condición concedida desde 1997) y habrá participado de su primera sesión como miembro pleno de este bloque internacional, la quinta economía más grande del mundo, según la presentan.
No es para menos, el Mercosur, según datos del IBCE, representa un territorio de 14 millones de kilómetros cuadrados, una población de 312 millones de habitantes (un importante y potencial mercado internacional), una economía de 3,2 billones de dólares y una exportación de 462 mil millones de dólares.
Estas cifras enormes han dado lugar también a mantener cierta cautela. El propio IBCE observa que desde 1997 hasta 2023, Bolivia ha exportado al bloque 68.000 millones de dólares e importado 49.000 millones. Sin embargo, “desgasificando”, la relación comercial, se deriva en un déficit de 42.000 millones de dólares.
Otros sectores empresariales, ven el acuerdo una oportunidad. La Cámara Nacional de Industrias, por ejemplo, en la voz de su presidente Pablo Camacho, anota que “cualquier acuerdo comercial, cualquier participación de Bolivia al mundo es por demás importante”. Camacho considera que si el Estado apoya con la vertebración caminera y transporte aéreo, el país puede hacer frente al intercambio comercial con los países vecinos.
En la misma línea, un comunicado de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) destaca que el país, al ser miembro pleno de la CAN y el Mercosur, “puede convertirse en el eje de articulación de los bloques económicos más importantes de Sudamérica”.
Uno de los grandes beneficios que tendrá Bolivia como parte del Mercosur es el arancel cero. Además, Bolivia tiene la oportunidad de tener una mejor relación comercial con Brasil, un monstruo económico del continente.
La canciller Celinda Sosa añade que los beneficios no sólo estarán en el ámbito económico, sino también en lo social, pues los connacionales (más de millón y medio de bolivianos en el bloque) podrán transitar libremente por estos países, acceder a los servicios de salud, educación y hacer respetar sus derechos laborales.
Estas son las luces y sombras de Bolivia al momento de ingresar plenamente en el bloque comercial. Para unos son más los perjuicios que los beneficios, otros ven más oportunidades que riesgos, pero está visto que a partir de este lunes, el Mercosur es un nuevo reto para el país.