El Proyecto de Experimentación Coreográfica (PEC), proveniente de México, trae a Cochabamba la obra de danza contemporánea 4 heridas, que se presentará en el Proyecto mARTadero los días sábado 6 y domingo 7 de julio a las 19:30. Las entradas tienen un costo de 30 bolivianos.
La obra está dirigida por el chileno Bernardo Orellana y cuenta con la interpretación de la bailarina y performer mexicana Rebeca Portillo.
Según la organización, 4 heridas explora las experiencias de ser mujer y la violencia de género desde diversas perspectivas. A través de una puesta en escena emocionalmente cargada, la obra no busca transmitir un discurso conceptual, sino mostrar cómo se siente y duele la violencia mediante la representación de cuatro heridas simbólicas que muchas mujeres han sufrido.
En una entrevista, Portillo indicó que la obra “transmite las vivencias de ser mujer y la experiencia de la violencia de género mediante la representación de cuatro heridas simbólicas en escena. Cada herida simboliza diferentes aspectos del dolor y la lucha femenina, permitiendo que el público sienta y comprenda la profundidad de estas experiencias. La puesta en escena se centra en la expresión emocional y física para crear una conexión íntima y que resuene con el espectador”.
Danza contemporánea
La danza en la obra actúa como un lenguaje universal que expresa emociones y experiencias de mujeres frente a la violencia de género.
A través de la coreografía de Bernardo Orellana y la interpretación de Rebeca Portillo, la obra convierte el dolor y la resistencia en una narrativa visual potente. La corporalidad de la danza permite explorar y comunicar los temas de una manera directa y visceral, haciendo que el mensaje sea accesible y conmovedor.
Portillo afronta la temática de la obra utilizando la danza y el cuerpo como un vehículo para la reflexión. A través de la danza, busca dar voz a las experiencias silenciadas y generar empatía y conciencia en el público. Se basa en transformar el dolor en una fuente de inspiración y resistencia. Su objetivo no es sólo representar el sufrimiento, sino también la fuerza y la resiliencia de las mujeres.
“El interés en traer esta obra a Bolivia reside en la importancia de visibilizar y reflexionar sobre la violencia de género en diferentes contextos culturales. Además, al presentar la obra en Bolivia, se busca fortalecer los lazos dentro del movimiento feminista latinoamericano, promover el diálogo y la comprensión sobre estos temas, y compartir experiencias que puedan inspirar el cambio social y artístico entre distintas latitudes”, señaló la artista.