A partir del 30 de septiembre, el control sobre las balanzas utilizadas en mercados e industrias en Bolivia se endurecerá con la entrada en vigencia de normativas internacionales más estrictas. Según el Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro), el 56 por ciento de las balanzas en operación en el país presenta desviaciones respecto a los requisitos técnicos, afectando tanto a consumidores como a comerciantes. Esta situación ha motivado la implementación de una reglamentación técnica que busca garantizar que estos instrumentos de medición cumplan con estándares internacionales.
Mabel Delgado, directora ejecutiva de Ibmetro, explicó que el estudio que reveló estas cifras se llevó a cabo durante tres años e incluyó balanzas de diversas marcas y capacidades, tanto nacionales como importadas. “Más de la mitad de las balanzas evaluadas mostraron algún tipo de desviación, lo que afecta la precisión en las transacciones comerciales”, precisó Delgado.
Un error de 20 gramos en una balanza de mercado puede parecer insignificante, pero multiplicado por miles de transacciones diarias, las pérdidas económicas resultan considerables. “No sólo el consumidor se ve afectado; en muchos casos, los comerciantes también sufren pérdidas sin ser conscientes de ello”, señaló la funcionaria.
En el sector industrial, las desviaciones en la medición pueden comprometer la calidad del producto final y la competitividad de las empresas, ya que la precisión en las balanzas es fundamental para mantener los estándares de calidad tanto en la manufactura como en la comercialización.
Nuevas normativas
Frente a esta problemática, el Gobierno emitió el Decreto Supremo 5103, que otorga a Ibmetro la facultad de certificar el cumplimiento de las normativas internacionales en las balanzas que ingresen al país. La regulación se enfocará principalmente en las balanzas de funcionamiento no automático, las más comunes en mercados y pequeñas empresas. Las balanzas automáticas, utilizadas en sectores especializados como la minería, aún no estarán sujetas a esta normativa.
Delgado destacó que el proceso de certificación incluirá pruebas rigurosas que evaluarán precisión, linealidad y excentricidad de las balanzas, sometiéndolas a condiciones extremas para verificar su correcto funcionamiento. Aquéllas que superen las pruebas recibirán un certificado de conformidad, permitiendo su comercialización con garantías de precisión.
El impacto de la normativa será gradual. En mercados locales, donde aún se usan balanzas anticuadas, como las de resorte o las denominadas “patas de gallo”, se espera que la transición hacia equipos más modernos sea progresiva. La normativa no será retroactiva, pero las nuevas balanzas deberán cumplir con los estándares establecidos.
Inversión en infraestructura
Ibmetro ha invertido en infraestructura moderna para garantizar la correcta evaluación de las balanzas. Sus instalaciones en Achocalla, en La Paz, equiparables a las de países desarrollados de la región, cumplen con los estrictos requisitos internacionales de medición. Además, el instituto se somete a evaluaciones periódicas de organismos internacionales bajo la norma ISO 17025, lo que refuerza la confianza en sus procesos.
Esta infraestructura es clave no sólo para la implementación de las nuevas normativas, sino también para responder a la creciente demanda de servicios de calibración por parte de la industria, que reconoce la importancia de contar con instrumentos de medición precisos para garantizar la calidad de sus productos.
Desafíos para las alcaldías
Enrique Vizcarra, jefe del Departamento de Defensa al Consumidor de la Intendencia Municipal de Cochabamba, calificó la entrada en vigor de la normativa como un avance significativo, especialmente para los municipios, que han enfrentado dificultades para controlar los instrumentos de medición. “Hasta ahora, los consumidores estaban desprotegidos ante la falta de regulación, lo que permitió la proliferación de balanzas sin certificación”, comentó Vizcarra.
El decreto facilitará la labor de los municipios, que podrán coordinar con Ibmetro para garantizar que las balanzas que ingresen al país cumplan con los requisitos técnicos. Mediante convenios interinstitucionales, se espera que los municipios puedan realizar controles más efectivos, previniendo fraudes y protegiendo la economía popular.
Uno de los principales retos será educar tanto a comerciantes como a consumidores. “Si un consumidor sospecha que una balanza está fallando, puede acudir a las autoridades locales para que se realice una verificación”, agregó Vizcarra, destacando la importancia de difundir información sobre los derechos del consumidor y la relevancia de la metrología.
Implicaciones
Aunque el mayor impacto de la normativa se dará en los mercados locales, la industria también se beneficiará. Garantizar la precisión en los instrumentos de medición mejorará la calidad de los productos finales y fortalecerá la competitividad de las empresas bolivianas tanto en el mercado nacional como internacional.
Las balanzas importadas estarán sujetas a controles más rigurosos en aduanas, lo que asegurará que los instrumentos que ingresen al país cumplan con los nuevos requisitos. Aunque el proceso de certificación podría tomar entre 30 y 45 días, una vez emitido el certificado, los importadores podrán comercializar sus productos sin inconvenientes.
Comercio justo
La implementación de esta normativa representa un hito en la protección del consumidor y la regulación del mercado de balanzas en Bolivia. Se espera que las transacciones comerciales sean más justas y transparentes, beneficiando a consumidores, comerciantes e industrias.
El desafío ahora es asegurar una implementación efectiva y educar a todos los actores involucrados. La metrología, a menudo pasada por alto, tiene un impacto crucial en la economía y en la vida cotidiana. Con estas nuevas regulaciones, se espera que su papel sea positivo para todos los sectores, coincidieron Delgado y Vizcarra.