El Ministerio de Educación acaba de ampliar las vacaciones invernales por una semana más, lo cual, naturalmente, causa alegría en los niños y alivio en los padres de familia y maestros. No era para menos, las temperaturas en los últimos días siguieron en descenso y los casos de resfríos se incrementaron.
Justamente ayer el Ministerio de Salud informaba que en la última semana epidemiológica, los casos de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) habían subido en el país a 8.768, lo que significa un incremento de 5,9%, sobre todo en Santa Cruz, Pando, Chuquisaca Cochabamba, La Paz y Potosí.
En el caso concreto de Cochabamba, se reportó un incremento del 3 por ciento de resfríos, además del deceso de un niño a causa de la neumonía.
Además, para este fin de semana se pronostica un clima de fuertes vientos huracanados en al menos cinco departamentos del país, mientras que en ciudades como El Alto, la temperatura bajó este miércoles a -8 grados.
Ante esta situación, era bastante razonable la demanda de padres de familia y maestros de solicitar ampliar el receso escolar por una semana más, aunque siempre quedaba la duda de la respuesta del Ministerio. ¿Por qué hay tanto recelo en una ampliación de vacaciones? Cuando se consulta este tema a las autoridades, ellas dan una respuesta positiva (que no les reste mucho su buena imagen con la población) o alguna diplomática que no es ni sí ni no. Sin embargo, cuando estas mismas autoridades (sobre todo en el área del Ministerio de Educación) hablan con su personal técnico, la posición da un giro hacia el no. ¿Por qué? Ocurre que el sistema educativo tiene programado cumplir los 200 días hábiles de clases. Ampliar la vacación implica restar días al objetivo de los 200. ¿Por qué no trasladar esos cinco días restados en favor de la vacación para el final de la gestión? Aquí es donde los técnicos intervienen. Ellos necesitan que acabe el año escolar para concluir la certificación de los estudiantes, especialmente para el caso de los bachilleres que precisan de su documentación para proseguir estudios superiores.
¿Es indispensable cumplir con los 200 días hábiles de clases? El año pasado se optó por reponer las jornadas perdidas con sábados, lo cual es otra opción, aunque también hay que considerar el estrés que ello supone para los escolares. ¿Pasará algo si en lugar de 200 días se pasan sólo 195? ¿No habrá formas más imaginativas de suplir esos días? La respuesta a esa pregunta pasó a manos de los directores de colegios.
Pero si el frío persiste y los resfríos aumentan, ¿vale la pena cumplir a rajatabla con el programa escolar a costa de la salud de los niños? Felizmente, este año el Ministerio optó por una posición sensata. Primero es la salud.