Boris Calancha fue posesionado ayer como nuevo rector de la Universidad Mayor de San Simón con dos grandes retos: ordenar la casa de estudios superiores y conseguir recursos económicos para sustentar el funcionamiento de esa institución.
El nuevo rector de la UMSS asumió acompañado de Greby Rioja, como vicerrector. Ambas autoridades liderarán la institución educativa.
“La crisis que vivimos no es ajena a nadie. Los recortes presupuestarios, la escasez de recursos y las dificultades para acceder a fuentes de financiamiento externas nos han colocado en una situación difícil. Sin embargo, creo firmemente que esta crisis no es un obstáculo insuperable, sino una oportunidad para repensar cómo gestionamos nuestros recursos, cómo podemos ser más eficientes y cómo podemos encontrar nuevas fuentes de ingreso”, dijo
El nuevo rector afirmó también que deben ordenar varios aspectos al interior de la institución, por lo que adelantó que se verán aspectos relacionados a la academia, las finanzas y una adaptación a “los nuevos tiempos”.
Por su parte, el vicerrector Greby Rioja adelantó que “se debe redefinir la misión y visión de la universidad y recuperar su esencia como institución educativa de excelencia y vanguardia”.
En su discurso, Rioja remarcó que no permitirán actos de corrupción y que la transparencia será un pilar fundamental. “No hay marcha atrás, la Universidad va a cambiar”, puntualizó.
Las nuevas autoridades ejercerán sus cargos hasta finales de 2028.
Hace casi un año, Bolivia comenzaba a vivir por esta misma época los primeros desastres provocados por las lluvias; ahora, nuevamente, se tienen señales de alerta por los desbordes que comenzaron en Tarija, Luribay y Trinidad y se extendieron a Colcapirhua, Santa Cruz y el trópico de Cochabamba.
GARY A. RODRÍGUEZ
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
JUAN JOSÉ TORO MONTOYA
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.